lunes, 9 de noviembre de 2009

Aprueba el examen teórico de conducir tras 950 intentos

Una mujer surcoreana de 68 años aprobó el examen teórico de conducir tras haber suspendido 949 veces desde que comenzó a presentarse a la prueba hace casi cinco años, informaron hoy los medios surcoreanos.

Según el diario surcoreano Kyunghyang Sinmun, Cha Sa-soon, residente en la ciudad sureña de Wanju, obtuvo ayer en su prueba número 950 una calificación de 60 puntos, la nota justa para superar este examen teórico basado en un test de 40 preguntas. En anteriores pruebas la anciana obtuvo notas entre los 30 y 50 puntos.

La abuela surcoreana comenzó a presentarse a la prueba por primera vez en abril de 2005 y desde entonces acudió a diario a realizar el examen salvo los festivos y fines de semana.

"Calculo que habré gastado unos 10 millones de wones (5.800 euros) en las inscripciones y el transporte para sacar el carné y no podía dejarlo a medio camino por los esfuerzos ya invertidos", dijo Cha en declaraciones a los medios surcoreanos.

La mujer añadió que los cuatro hijos que tiene fueron los que más se alegraron por la buena noticia. La anciana tiene que superar ahora al examen práctico, por lo que se ha presentado a un curso, aunque se mostró confiada en aprobarlo con más facilidad que la prueba teórica.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Confunde el pegamento con sus gotas para los ojos

Una mujer inglesa tuvo que ser sometida a una intervención de ocho horas de duración para despegarle los párpados, luego de que confundiera un súper pegamento para uñas postizas con sus gotas para los ojos.

Al levantarse por la mañana y con la vista nublada aún por el sueño, Paula Griffin buscaba las gotas que usa cada mañana, pero en su lugar se colocó un par de gotas del pegamento que se encontraba en una botella casi idéntica.

Su error ocasionó que su ojo derecho quedará totalmente sellado y le hizo sentir un gran ardor, por lo que acudió de inmediato con un doctor, según publica el Daily Mail.

"Tan pronto como de coloqué las primeras gotas supe que algo andaba mal. Eran muy espesas y nada parecidas a las que usaba", dijo Griffin.

La mujer se las arregló para eliminar algo del líquido del centro de su ojo, lo que la salvó de un daño permanente. Sin embargo, no pudo retirar el pegamento por completo y esto causó que sus párpados quedaran pegados. "Estaba casi agonizando, el ardor era demasiado y el instinto me llevó a cerrar el ojo, pero en cuanto lo hice, mis pestañas quedaron unidas. Tenía mucho temor de perder la vista".

En un principio, los doctores le dieron parafina para que el pegamento se disolviera, aunque ésta no dio resultado. Entonces, "me dijeron que tenía sólo tres opciones: dejar que se despegara de manera natura, lo que podía conllevar mayor daño; seguir intentando con la parafina; o que me removieran las pestañas para forzar a que el ojo se abriera".

Tras la intervención, en la que le realizaron un corte a lo largo del párpado, Paula tuvo que tomarse una semana sin ir a trabajar y tampoco pudo conducir por varios días.

"Es horrible no tener pestañas, pero no me arrepiento de haberme decidido por la intervención", señala. Por su parte, el doctor Simon Bell, quien la atendió en el Hospital Poole, mencionó que si el pegamento hubiera caído en el centro del globo ocular, las posibilidades de que se hubiera presentado un daño permanente habrían sido muy altas.